DOCUMENTOS PARA PENSAR


ENTRADA Nº 3

“SIGLO XXI: LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y SU IMPACTO EN LA LEGISLACIÓN” - Por Lic. César R. González

El Estado se halla obligado a depender del derecho, valiéndose
de los instrumentos que le aportará la tecnología moderna.
La informática deja de ser una opción para convertirse en
una necesidad” (Roberto Dromi)
INTRODUCCIÓN

Si tuviéramos que caracterizar a esta época, muchos coincidiríamos con los que la han denominado: “La era de la información y las comunicaciones” o con una visión más abarcativa “la era tecnológica”.

La tecnología informática ha permitido procesar la información multiplicándola, masificándola y ha enriquecido notablemente la forma en que se transmite la información. Ha cambiado el lenguaje y se han incorporando nuevos términos.
En las últimas dos décadas las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TICs) han modificado todos los aspectos culturales, sociales, económicos y políticos de la sociedad actual. Las distancias temporales y geográficas se han visto exponencialmente reducidas ante el crecimiento vertiginoso de Internet.

Las TICs son definidas como el conjunto de recursos y métodos que, convenientemente asociados, permiten el adecuado registro, tratamiento, transformación, almacenamiento, utilización, presentación y circulación de la información.

Lo atrapante de las autopistas informáticas es su asombrosa capacidad de autogeneración, autorregulación normativa, sin autoridad alguna que la impulse, su estructura completamente abierta y su masiva accesibilidad.
Como una de sus características específicas aparece la hipertextualidad, lo que permite acceder o elaborar un documento que tiene vínculos con otros a través de un link, las páginas de internet son esencialmente hipertextuales.
Además, nos encontramos con la interactividad, es decir la posibilidad del intercambio de información entre individuos que comparten los mismos intereses (revistas electrónicas, grupos de interés, redes sociales, wikis, etc.).
La actualización instantánea de los bancos de datos (jurídicos, por ejemplo) permite acceder a documentos de la más reciente data.
Finalmente, debemos considerar la incidencia relevante que las TICs tienen en el Derecho pues éste siempre gira en torno a la información y a la comunicación. Es inevitable un choque entre el mundo jurídico, con una sólida construcción racionalista desarrollada a través de los siglos y de una manera “fragmentada” (piénsese en los ordenamientos de cada uno de los países) y un mundo virtual intangible, inmaterial, vertiginoso, ubicuo.
De esta simbiosis surge el derecho informático, como una herramienta novedosa para los operadores jurídicos, con nuevas reglas para las relaciones jurídicas, nuevos delitos.
PREGUNTAS DE TRABAJO
Hecha una pequeña introducción y descripción del fenómeno cultural en que nos hallamos inmersos, cabe realizar algunos interrogantes a los efectos de delimitar el objeto de este Grupo de Trabajo:

¿Cómo han impactado estas nuevas tecnologías en el mundo del derecho? ¿De qué manera lo ha modificado? ¿Qué nuevos institutos han surgido, cuáles han resurgido, cuáles ya se dejaron de lado?
Plantearnos estos interrogantes desde el abandono de la tradicional noción de texto de Gutenberg hasta el nuevo concepto de hipertexto; desde la firma ológrafa a la electrónica o digital; desde la acendrada definición de “cosa” en sentido material del derecho romano hasta la inmaterialidad del bien intengible; desde los mercaderes de la Edad Media hasta el auge del “comercio electrónico” y sus implicancias en la protección de la propiedad intelectual; desde los tribunales ortodoxos hasta la constitución de los “cibertribunales” para la resolución de controversias online, desde la vuelta a la internacionalización de las controversias (derecho interno vs. Lex mercatoria); desde el robo y hurto comunes hasta los sofisticados fraudes informáticos.

Todo ello para por último considerar el estado de nuestra legislación positiva en el contexto internacional y qué tendencias o pautas en materia de legislación convendría adoptar.
Finalmente: ¿Vamos hacia un derecho informático autónomo?


DESDE LAS “CLÁUSULAS DEL PROGRESO Y LA PROSPERIDAD” AL “NUEVO PROGRESO”
Resulta atractivo ubicar el problema en el ámbito constitucional, analizando el recorrido ideológico de la palabra “progreso” desde las cláusulas constitucionales típicas del Siglo XIX vinculadas al “orden y progreso” a las nuevas cláusulas de “nuevo progreso” introducidas en las Constituciones más modernas del mundo.

En plena construcción constitucional de los Estados el “progreso” aparecía en los textos de los constitucionalistas más eminentes siempre vinculado a la idea del trazado de líneas férreas, apertura de canales, construcción de puentes, mejoras materiales, conformación de empresas colonizadoras, etc., para todo lo cual era necesaria la conformación de Estados nacionales que dejen de dilapidar recursos en luchas intestinas y se concentren en el progreso material de la nación: “Orden y Progreso”.
Por esta razón imperaban en las Constituciones de la época las llamadas “cláusulas del progreso y de la prosperidad” y por lo general ésta cláusula aparecía como una atribución específica del órgano legislativo. Así, el inc. 18 del art. 75 de la Constitución Nacional Argentina reza que corresponde al Congreso Proveer lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de todas las provincias, y al progreso de la ilustración, dictando planes de instrucción general y universitaria, y promoviendo la industria, la inmigración, la construcción de ferrocarriles y canales navegables, la colonización de tierras de propiedad nacional, la introducción y establecimiento de nuevas industrias, la importación de capitales extranjeros y la exploración de los ríos interiores, por leyes protectoras de estos fines y por concesiones temporales de privilegios y recompensas de estímulo.”

Casi dos siglos después, las reformas constitucionales no han podido desoír el impacto y las consecuencias de las TICs en la sociedad, cuestión que está presente en la sustancia de varios de los nuevos institutos introducidos en las Cartas Magnas, entre los que podemos mencionar: protección del medio ambiente, derechos del consumidor, hábeas data, secreto de las fuentes periodísticas, tratados internacionales, actualización y modernización de las atribuciones legislativas, competencias del Jefe de Gabinete, etc.
Los Parlamentos, por competencia constitucional, deberá legislar sobre este nuevo cúmulo de materias que abarcan; la informática, la Internet, bases de datos, hábeas data y otros institutos protectorios, firma digital, comercio electrónico, marcas y patentes, delitos informáticos, redefinir los parámetros para aplicar la jurisdicción y la competencia.

¿HACIA UN DERECHO INFORMÁTICO AUTÓNOMO?
Tal como lo planteamos en los primeros párrafos de este Documento, no parecen quedar dudas acerca de la aparición de una nueva era posindustrial en donde la protagonista es la informática; ello no solo por su utilidad como instrumento de trabajo y procesamiento de datos sino también por su campo de influencia en otros aspectos de la vida social (comunicaciones, información, comercio, educación, administración pública, etc.).

Según Pérez Luño, como un natural devenir de la realidad…”se está forjando en nuestros días una nueva disciplina jurídica: el derecho de la informática o derecho informático, que engloba las distintas normas de los ordenamientos internacionales y nacionales, encaminadas a disciplinar la utilización de la informática y la telemática”[1].
¿Puede el derecho informático constituir una rama autónoma del derecho?
Hay autonomía didáctica -independencia de una materia a los fines de su estudio o enseñanza- cuando razones de conveniencia lo aconsejan a esos fines.
Se puede hablar de autonomía estructural u orgánica, cuando el contenido del derecho está formado por institutos de estructura uniforme y propia en cuanto a su naturaleza.

Hay autonomía dogmática o conceptual, cuando una rama del derecho tiene conceptos y métodos propios y distintos de los demás.

También se alude a una autonomía teleológica, cuando un derecho tiene fines propios y distintos de los demás, pero de alguna manera este incluye a los demás.

La postura de Lorenzo Gardella es moderna y actual y puede sernos útil a la hora de determinar si una rama del derecho es o no autónoma; según este autor, una rama del derecho autónoma debe reunir los siguientes requisitos:
a) Autonomía Legislativa
b) Autonomía Jurisprudencial
c) Autonomía Académica
d) Autonomía Científica
FIN





[1] PEREZ LUÑO, “Nuevas Tecnologías”; Pág. 74.

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ENTRADA Nº 2

"¿QUÉ ES LA GLOBALIZACIÓN? FALACIAS Y RESPUESTAS (ULRICH BECK)"
 
En "¿QUÉ ES LA GLOBALIZACIÓN? FALACIAS DEL GLOBALISMO, RESPUESTAS DE LA GLOBALIZACIÓN", Ulrich Beck aborda con detenimiento y claridad el arduo y problemático tema de la globalización: su polivalencia, su ambigüedad y sus dimensiones (raras veces diferenciadas). Así pretende descubrir trampas mentales y enseñar a eludirlas, pero sobre todo a abrir el horizonte a respuestas políticas respecto al tema en cuestión. A la sombra de este ensayo han surgido dos tendencias críticas: por un lado, la política de la globalización; por otro, las perspectivas de la sociedad mundial: sus controversias, conflictos y paradojas. Pero los motivos de fondo continúan siendo los mismos: la pérdida de soberanía del Estado nacional entre la economía mundial y la individualización, el shock de la globalización, la sociología de la globalización, el surgimiento de una visión cosmopolita, entre otros temas.
 
En primer lugar, deja en claro que el término globalización no apunta precisamente al final de la política, sino solamente a una salida de lo político del marco categorial del Estado nacional.
 
Beck sostiene que se ha producido una especie de toma de los centros materiales vitales de las sociedades modernas que tienen Estados nacionales, y ello sin revolución, sin cambio de leyes ni de Constitución; es decir, mediante el desenvolvimiento simple y normal de la vida cotidiana o, como suele decirse, con el business as usual: así por ejemplo, podemos exportar puestos de trabajo, estamos en condiciones de desmenuzar los productos y las prestaciones de servicios, así como de repartir el trabajo por todo el mundo.
 
Y todo esto sin que medien suplicatorios ni deliberaciones parlamentarias, decretos gubernamentales, cambios de leyes, ni siquiera un simple debate público. Esto justifica el concepto de subpolítica: entendida como un conjunto de oportunidades de acción y de poder suplementarias más allá del sistema político, oportunidades reservadas a las empresas que se mueven en el ámbito de la sociedad mundial.
 
Los empresarios han descubierto la nueva fórmula mágica de la riqueza, que no es otra que capitalismo sin trabajo más capitalismo sin impuestos. Por consecuencia: es preciso formular en nuevos términos teóricos y políticos la cuestión trascendental de la justicia social en la era de la globalización, pues son precisamente los Estados asistenciales bien acolchados los que caen en este insidioso círculo vicioso: deben pagar prestaciones a un número cada vez mayor de personas al tiempo que van perdiendo el control de los impuestos.
 
Dado que el Estado nacional ha perdido su fuerza vinculante, los ganadores y los perdedores de la globalización han dejado de sentarse en la misma mesa. Conclusión: falta un marco común.
 
Ulrich Beck entiende por globalismo la concepción según la cual el mercado mundial desaloja o sustituye el quehacer político; es decir, la ideología del dominio del mercado mundial o la ideología del liberalismo. Ésta procede de manera monocausal y economicista y reduce la pluridimensionalidad de la globalización a una sola dimensión, la económica.
 
Globalización significa también ausencia de Estado mundial; más concretamente: sociedad mundial sin Estado nacional y sin Gobierno mundial. Estamos asistiendo a la difusión de un capitalismo globalmente desorganizado, donde no existe ningún poder hegemónico ni ningún régimen internacional, ya de tipo económico ya político.
 
En este libro se desentraña con precisión los pormenores del peligro del choque ecológico y la globalización ecológica como politización involuntaria. Se trata éste de un caso en el que la civilización se pone e peligro a sí misma, cosa no imputable a Dios, a los dioses ni a la naturaleza, sino a las decisiones humanas y a sus efectos industriales, es decir, a la tendencia de la civilización a configurar y controlar todo. Se señalan tres clases de peligro global: a)conflictos a causa de bads producidos por goods, es decir, los daños ecológicos condicionados por la riqueza y los peligros técnico-industriales; b) los daños ecológicos condicionados por la pobreza y los peligros técnico-industriales, existe una estrecha relación entre pobreza y daños medioambientales; este tipo de daños ecológicos condicionados por la pobreza se trata de autodaños de los pobres que tienen efectos secundarios también para los ricos, es fácil suponer que un país que vive en una pobreza cada vez mayor va a explotar el medio ambiente hasta el final; y c) los peligros de armas de destrucción masiva (armas ABC), en este sentido, a los peligros de la confrontación militar-estatal se suman los de un terrorismo fundamentalista o privado. Todos estos peligros, desafiando la pretensión de las autoridades competentes de tenerlo todo bien controlado, se dan a conocer públicamente, al tiempo que abren espacios para la acción política.
 
El autor también anuncia la posibilidad del fin de la información libre y rebelde fruto de la “fiebre del oro” que se ha apoderado de los mercados de la información mundiales y que ha conducido, y sigue conduciendo, a violentos movimientos de fusión. Cada cual sabe que, en el futuro, su propio territorio ya no va a estar protegido y que los gigantes de la información extranjeros lo van a ver con ojos muy golosos. Este es el motivo por el que Estados Unidos haya puesto todo su peso en la balanza de la desregulación, pensando en la globalización de la economía y esperando que el mayor número posible de países abran sus fronteras al “libre flujo de información”, o lo que es lo mismo, a los gigantes de la industria estadounidense del ocio y de los medios de comunicación.
 
Sin embargo, señala muy acertadamente Beck la extendida tesis de una creciente convergencia lineal de los contenidos culturales y de las informaciones resultante de la tendencia a la concentración en los mercados de los medios de comunicación mundiales no tiene en cuenta la dialéctica de la globalización: con la globalización corre pareja cada vez más la localización. Siguiendo a Robertson, señala que lo local y lo global no se excluyen mutuamente; al contrario, lo local debe entenderse como un aspecto de lo global, el mismo autor propone sustituir el concepto base de globalización cultural por el de glocalización, neologismo formado con las palabras globalización y localización.
 
La imaginación adquiere un poder único en la vida cotidiana de los hombres, numerosas personas en numerosas partes del mundo sueñan con y ponderan la mayor amplitud de vida posible, como si ya hubiesen vivido esto alguna vez en sus vidas. Una fuente primordial de este cambio son los medios de comunicación de masas, que aseguran una oferta fecunda y duradera para esta vida “posible”. Este nuevo poder de las industrias de la imaginación significa que formas de vida locales se renuevan y rellenan con “prototipos” que proceden social y espacialmente de lugares completamente distintos.
 
Lo nuevo de la era global es que se ha perdido el nexo entre pobreza y riqueza, y esto es, según Beck y Bauman, a causa de la globalización que divide a la población mundial en ricos globalizados, que dominan el espacio y no tienen tiempo, y pobres localizados, que están pegados al espacio y tienen que matar el tiempo, con el que no tienen nada que hacer. Entre estos ganadores y estos perdedores de la globalización no parece existir ni unidad ni dependencia, la consecuencia primordial es que la dialéctica amo-siervo ha tocado a su fin.
 
¿Se ha quedado sin trabajo la sociedad del trabajo? Llegando a la conclusión de que el capitalismo destruye el trabajo pero no se responsabiliza socialmente por tal destrucción, sin advertir que socavando el empleo y la democracia terminará socavando en el fondo su propia legitimidad. El autor recomienda un pacto social nuevo y completamente diferente para volver a cimentar el futuro de la democracia más allá de la sociedad del trabajo. Cuando el capitalismo global de los países más desarrollados destruye el nervio vital de la sociedad del trabajo, se resquebraja también la alianza histórica entre capitalismo, Estado asistencial y democracia.
 
Ulrich Beck esgrime que sin seguridad material no puede existir libertad política, ni por tanto democracia alguna; y entonces todos nos vemos amenazados por nuevos y antiguos regímenes e ideologías totalitarios. Sin embargo, deja en claro que al capitalismo no le resta legitimidad el que produzca cada vez más con menos trabajo, sino el que bloquee la iniciativa de un nuevo pacto social. A la pregunta: ¿es posible la democracia más allá de las “seguridades” de la sociedad del trabajo? Se responde: Lo que parece como un final y un desmoronamiento debe trocarse en el hito fundacional para nuevas ideas y modelos que el Estado, la economía y la sociedad están pidiendo para el Siglo XXI.
 
FIN
 
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ENTRADA Nº 1

LOS “ANALFABETOS DIGITALES” – REPENSAR NUESTRO FUTURO INFORMÁTICO
 
Hace ya un tiempo, Nicholas Negroponte, acuñó la idea de que en todo el mundo se están generando segmentos sociales caracterizados por su desconocimiento total o rechazo de las nuevas tecnologías o por la imposibilidad fáctica de tener acceso a las mismas; a estas personas él las denominó “analfabetos digitales” o “sin techo” digitales.
¿Y quién es este Negroponte? Se estarán preguntando ustedes, ello nos obliga a hacer una reseña de sus datos personales y profesionales más importantes: nació en 1943, es un arquitecto estadounidense de origen griego, más conocido como fundador y director del MIT Media Lab, un laboratorio y think tank de diseño y nuevos medios del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y en el cual es profesor desde 1966.
En 1992, se implicó en la creación de la revista especializada en informática Wired Magazine como inversor minorista.
Es el impulsor del proyecto que pretende producir computadoras portátiles de bajo coste, concretamente con un precio de 100 dólares, para disminuir la brecha digital en los países menos desarrollados, proyecto que presentó en 2005 en el Foro Económico Mundial de Davos. De este modo, la fundación "Un ordenador para cada niño" (OLPC, One Laptop per Child), iniciada por Negroponte y otros miembros del MIT Media Lab, pretende desarrollar el uso de la informática e Internet en países poco desarrollados.
Es autor del libro “Ser digital” o “Mundo digital” (1995), en inglés: "Being digital", en el cual hace un paralelismo entre el mundo real compuesto de átomos y el mundo informático compuesto de bits.
Uruguay fue el primer país de habla castellana en incorporarse en el programa "One Laptop per Child" de Negroponte en el año 2006, gracias al Ing. Miguel Brechner Frey ex representante de Acer y Compact en dicho país, y actual director del Plan Ceibal quien lleva a cabo este proyecto.
En diciembre de 2008 llegó con el proyecto "Un ordenador para cada niño" a Colombia.
En Argentina se impulsa un programa de similares características desde el Estado a través del Programa Conectar-Igualdad.
¿Y qué piensa Negroponte sobre el futuro digital? Bueno, según este pensador, realizador y promotor de las nuevas tecnologías, el mundo digital será más importante para los jóvenes y la educación; las ciudades digitales se convertirán en importantes elementos socializadores, a la vez que se cambiará la forma de hacer negocios.
En tanto y en cuanto el mundo se vuelve más digital, esto tocará todos los aspectos de nuestras vidas y los impedimentos para los llamados por él “analfabetos digitales” serán enormes.
Para este autor, la mayoría de los adultos son “sin techo” digitales y se muestran escépticos a pasarse a lo digital, agrega que una de las auténticas barreras culturales es la generacional.
Actualmente, estos “analfabetos digitales” se pierden muchísimas cosas, como por ejemplo una amplia gama de forma de comunicación con sus hijos y sus nietos; de hecho, su familia estará aislada, no podrán acceder a una gran cantidad de bienes y servicios que le permitirán ahorrar tiempo y dinero, ni comunicarse con el mundo, ni conectarse con el comercio electrónico.
No quiero aburrirlos, esto es sólo un adelanto de la obra y pensamiento de este hombre, prometo contarles más próximamente…
 
FIN
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