Dirigirse al trabajo chequeando los Google Alerts, Tweets, mensajes y notificaciones de Facebook, mails, etc., etc., desde un smartphone o tablet ya no es algo ajeno a la vida del abogado.
Los adelantos que día a día van imponiendo las TIC obligan al abogado de hoy a estar pendiente no solamente de las novedades legales sino también de los últimos desarrollos en el negocio de la tecnología mundial, compartiendo primicias, ideas o sucesos con sus seguidores de Facebook y Twitter. Además de dedicar un tiempo para incorporar análisis y mayores desarrollos en el Blog del profesional o del estudio.
Los abogados que ya han incursionado en estas experiencias concuerdan en que ello ha mejorado su perfil y atraído nuevos clientes. Algunos abogados particulares se han valido de las herramientas que las redes sociales ponen a su disposición para construir sus perfiles profesionales mientras que las grandes firmas construyen Blogs específicos para sus grupos o áreas de trabajo más interesantes, experimentando inclusive con videos, mientras se intenta dirigir el tráfico vía Twitter. Los más intrépidos se animan a flockearse en LinkedIn.
La cierto es que la notificación de las nuevas entradas vía el Twitter oficial del estudio conecta pero muy “tibiamente” a los seguidores con los nuevos posts o boletines del Blog, razón por la cual se debe seguir recurriendo al tedioso proceso de enviar newsletters por e-mail. Sin embargo, ya se sabe que este último recurso está muriendo a lo largo y lo ancho de todo el sector que pudo haber recurrido alguna vez a él, menos del 5% de los mismos son leídos, mientras que el resto se pierde entre los filtros anti-spam y las correos con casillas saturadas.
Según expertos en la materia, se deberían estar re-pensando las estrategias de comunicación de las firmas de abogados, ya que el Blog y los tweets permiten comunicar mensajes más cortos y de manera más rápida que los extensos e-mails portadores de newsletters con análisis extensos, profundos y concienzudos que pocos leen.
Muchos abogados prefieren mantener una presencia no del todo online, limitándose a colocar algunos de sus datos en las biografías o curriculums incluidos en alguna parte de la página web de la firma.
Pero nadie quiere quedar relegado en esta nueva carrera y los departamentos de marketing de muchas compañías tratan día a día de colocar a sus firmas en un nuevo nivel de presencia en lo que a redes sociales se trata.
Algunos estudios de los Estados Unidos están contratando a personal que se dedicará full-time y de manera exclusiva al marketing mediante redes sociales; de todas maneras, el desafío para algunas firmas parece ser convencer a una masa crítica de abogados que los tweets y el bloggeo se pueden transformar en dinero.
